La geometría de la cubierta se diseña cuidadosamente para crear un flujo de aire laminar que fluya sobre la pista y reduzca la resistencia del aire que enfrentan los ciclistas. Este flujo de aire uniforme y controlado crea una zona de baja presión detrás de los ciclistas, lo que les permite reducir la resistencia al aire y aumentar su velocidad.
Este efecto es llamado “efecto túnel” porque es similar al efecto que ocurre cuando se conduce un automóvil en un túnel: la forma del túnel y el flujo de aire uniforme ayudan a reducir la resistencia del aire y permiten que el automóvil alcance una velocidad más alta de lo que podría en una carretera abierta.
Basándonos en este principio, se realiza un juego de volúmenes utilizando la propia y peculiar geometría de la pista, escalada, para generar el efecto deseado. En el perímetro se generan los espacios más altos mediante una geometría espejada de la pista, volteada sobre esta, garantizando a su vez la evacuación del agua hacia el exterior, fundiendo la cubierta y la fachada en uno solo.
Equipo
Ramos Bilbao arquitectos
Colaboradores
Brönnimann & Gottreux Architectes
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