El peculiar contexto en el que se recibió este encargo residía en que se contaba con un plazo de diseño y ejecución de apenas un mes. Este reto se intentó ver como una ventaja para afrontar el argumento de su diseño.
Contexto y argumento se hicieron uno cuando se realizó la primera visita al lugar. Se trataba de un local antiguo de Madrid que sufrió multitud de obras y reconversiones en el pasado. El último negocio que lo habitó fue una tienda de lámparas que dejó su impronta en los techos del local.